ENTREVISTA

“Todo indica que se van a incrementar los fenómenos meteorológicos adversos”

David Suárez, director territorial de la Aemet en Canarias

Saúl García 0 COMENTARIOS 17/05/2025 - 08:30

-¿Cómo predice la Aemet el tiempo? ¿Con qué elementos cuentan ustedes para saber el tiempo que va a hacer, por ejemplo, en las islas orientales?

-Utilizamos los modelos numéricos de predicción. Es un software informático que, a partir de un estado inicial de la atmósfera, resuelve las ecuaciones de la física, de la mecánica de fluidos, hacia adelante, para conocer cuál va a ser el estado en la atmósfera en un lugar determinado y en un tiempo futuro. La previsión del tiempo va muy ligada a la supercomputación. A medida que ha ido aumentando con el paso de las décadas, han ido mejorando también los modelos numéricos de predicción. Y hay que tener en cuenta que estos modelos se ejecutan en superordenadores. En la Aemet tenemos el segundo superordenador más potente que está situado en Madrid.

-¿Qué elementos tienen, no de predicción, sino de medición, para algunos fenómenos en Fuerteventura o en Lanzarote, como por ejemplo la lluvia? ¿Qué infraestructuras o herramientas tienen?

-Son herramientas de vigilancia y observación. Para la observación utilizamos los satélites, los datos de radares, los datos de radiosondeos, de detectores de rayos y los datos provenientes de estaciones meteorológicas, que pueden ser automáticas o no. Con todas esas herramientas se hace una vigilancia continua del estado de la atmósfera en nuestras áreas de responsabilidad. En este caso, si nos centramos en Canarias, tenemos un área de responsabilidad que es amplia, pues va aproximadamente desde el sur de Madeira hasta el norte de Cabo Verde, y se introduce ligeramente en el continente africano. En toda esa área hacemos la vigilancia de la atmósfera, que se hace 24 horas, 365 días al año. Esto es lo que nos permite que, si algún pronóstico no se cumple, actuar con fenómenos observados y hacer alguna modificación de la predicción de forma puntual.

-Ahora, tecnológicamente parece más sencilla la predicción meteorológica, pero por otra parte, el cambio climático quizá la hace más difícil. ¿Qué parte pesa más?

-En cuanto a la predicción, evidentemente los modelos han ido mejorando, ligados a esa mejora de la súper computación y también a la mejora de la observación, porque los modelos se alimentan de esa observación para tener un estado inicial de la atmósfera lo más fiable posible. Lo que sí que tenemos es un aumento de la frecuencia de fenómenos más intensos debido al impacto del cambio climático.

“La previsión va ligada a la naturaleza de la atmósfera, que es caótica”

-Aunque se afine más que antes, la predicción no es infalible...

-Hay que tener en cuenta que debido a la naturaleza de la atmósfera, que es un sistema caótico, por definición, es un sistema que es impredecible. Lo que hacemos los meteorólogos es analizar esos escenarios y hacerlo en grado de certidumbre. Por eso siempre las predicciones y todos los avisos van acompañados de un grado de probabilidad, que es el grado de certeza que tenemos de ocurrencia de un fenómeno. La previsión meteorológica siempre es probabilística, por eso se incorpora ese grado de probabilidad. Va ligada a la naturaleza de la atmósfera, a esa naturaleza caótica.

-Sobre las lluvias de abril en Lanzarote... ¿Su intensidad es algo casi inesperado o difícil de predecir?

-Este tipo de fenómenos son estructuras que tienen un impacto importante pero desde el punto de vista meteorológico son pequeñas cédulas muy locales. Vimos la diferencia de precipitaciones entre el interior de Arrecife y el litoral. Al sur, en el aeropuerto, prácticamente no hubo precipitación. Estos fenómenos de pequeña escala son muy complicados de detectar por los modelos. En cualquier caso, en esta situación concreta, en la jornada anterior, el viernes, habíamos incluido en los boletines de predicción (que están en la página web y se actualizan todos los días) como fenómeno significativo una baja probabilidad. En este caso la probabilidad era baja, al igual que en otras zonas de Canarias. Había una baja probabilidad de precipitaciones que fuesen fuertes en Lanzarote. Es decir, que a pesar de esa pequeña estructura sí que teníamos en mente que podía caer precipitación. Sí es cierto que fue incluso de carácter muy fuerte, más que fuerte. Son episodios muy concentrados tanto en el espacio como en el tiempo y son situaciones muy complejas de detectar.

-El presidente del Cabildo de Lanzarote dijo que había “luz verde” por parte de la Aemet y también se ha criticado que no hubiera alerta por parte de la Agencia.

-Nosotros no emitimos alertas, emitimos avisos en función del riesgo. En este caso concreto, teníamos un aviso de nivel amarillo en Tenerife, porque es donde era más probable que hubiera precipitaciones fuertes, y teníamos otras zonas en vigilancia. Tenemos una coordinación excelente con el Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Emergencias, y toda esa información se transmite el día antes, y es lo que permite al Gobierno de Canarias sacar una prealerta en la cual se incluyó a Lanzarote. Hay que tener en cuenta que hay distintos niveles de predicción. Aunque haya baja probabilidad, siempre se transmite esa información y en este caso habíamos emitido el viernes, como fenómeno significativo, que las precipitaciones podían ser localmente fuertes. No teníamos aviso previsto, pero sí que se puso en observado a las 14.00 horas del sábado, para que se pueda tener en cuenta que esa situación se puede alargar varias horas. En este caso fue una cosa muy local, de ahí que hubiésemos tomado la decisión de dejar ciertas áreas en vigilancia, que fue lo que se comunicó a la Dirección General de Emergencias y eso permitió a la autoridad competente emitir esa prealerta por precipitaciones.

“En España hay quince radares meteorológicos, ni siquiera uno por comunidad”

-El Cabildo también afirmó que iban a exigir al Estado la mejora urgente del sistema de radares meteorológicos en Lanzarote y La Graciosa. ¿Tiene razón en pedir esto?

-Puedo contar cómo está el estado actual de la red de radares de España y las limitaciones que tienen. En España hay quince radares, ni siquiera uno por comunidad. En Canarias tenemos el de Gran Canaria, que está operativo desde hace veinte años y se está construyendo otro en el noroeste de Tenerife. Los radares son herramientas de vigilancia y de detección, nos muestran una foto de lo que está sucediendo en estos momentos, no nos dicen lo que va a suceder dentro de seis horas, ni aunque tuviésemos un radar por isla. Lo que tenemos en estos momentos nos ayuda mucho en la vigilancia de la toma de decisiones, en la previsión a muy corto plazo, como máximo dos horas. Hay que tener en cuenta que debido a la orografía de las islas, no se puede colocar un radar en cualquier zona, no tiene sentido colocarlo en zonas bajas. La situación típica de las islas, con los alisios, es una inversión térmica, por lo tanto tampoco podemos colocar el radar en cualquier zona. Con esos requerimientos técnicos y esas dificultades y limitaciones, se hace un análisis y se coloca donde mayor cobertura para todo el archipiélago pueda tener. De ahí que se hayan elegido esas localizaciones. No tiene que ver con que sean islas capitalinas. Toda la mejora de infraestructuras será bienvenida.

-Cuando hablamos del cambio climático ponemos el acento en el peligro de la subida de la temperatura del Planeta pero, a efectos locales, en Fuerteventura o Lanzarote hace veinte años había dos o tres episodios de calima al año y ahora hay decenas, además de episodios de vientos fuertes o temporales... El tiempo es menos estable. ¿Es esto lo que se esperaba por el cambio climático?

-El incremento de temperaturas del sistema climático conlleva a que los fenómenos meteorológicos adversos se incrementen en frecuencia e intensidad. Estamos viendo sequías prolongadas, episodios de precipitaciones más concentradas en el espacio y en el tiempo... Y esto se produce en un terreno cada vez más urbanizado y con mayor presión demográfica, y evidentemente tiene unos impactos que pueden ser mayores para la población. Este incremento de temperaturas tiene otros impactos como es la subida del nivel del mar, el aumento de esos fenómenos costeros y temporales...

-El viento predominante es el alisio, pero si viene el viento cada vez más del Sur nos vamos a tener que acostumbrar a las calimas en las islas orientales, ¿no?

-La situación típica de la calima es cuando el anticiclón de las Azores se desplaza hacia el este y se instaura en el norte de la Península Ibérica. Más que se debilite el anticiclón, es que el anticiclón se desplace. Dependerá en el futuro de dónde se sitúe de forma promedia el anticiclón. Si tenemos un anticiclón desviado hacia el este, podríamos tener más episodios de calima. Haciendo un análisis de los últimos 40 años, lo que hemos visto es que están siendo los episodios de invierno de menos duración pero más intensos, y eso puede estar teniendo un impacto evidentemente importante en cuanto a las operaciones aeronáuticas, en la salud y la calidad del aire.

“Nosotros no emitimos alertas, sino avisos en función del riesgo”

-Todos estos fenómenos que antes eran extraños, van a ser más habituales...

-Todo indica que se van a incrementar los fenómenos meteorológicos adversos, más frecuentes y más intensos.

-Y en la islas orientales, que tienen menos altitud, ¿estamos más expuestos a este tipo de fenómenos adversos?

-Por la posición en el Planeta que tiene Canarias, parece muy similar en cuanto los impactos que pueden sufrir. Estamos viendo que las temperaturas están subiendo más en zonas de cumbres que en zonas de litoral. En Lanzarote y Fuerteventura están subiendo al mismo que las islas de mayor relieve. Al estar al Este, casi todas las situaciones que tenemos de mayor impacto, en cuanto a precipitación se refiere, son situaciones que vienen con un componente marítimo de oeste y en muchos de los casos están un poco al margen de esa situación de precipitación. Digamos que en el riesgo por insularidad y por localización, los impactos son similares a los que tienen otras islas. Hemos visto como en Lanzarote y Fuerteventura hay un predominio de los climas tipo B, que son climas secos, y en los últimos 60 años ha habido un aumento de en torno a unos seis kilómetros cuadrados al año de aumento de este tipo de climas, que son más áridos.

-¿Se van a poder mantener las condiciones para la agricultura?

-Uno de los claros impactos que tiene el cambio climático es el descenso en cuanto a la disponibilidad de recursos hídricos y por tanto, todos los sectores se tienen que adaptar a esa falta de agua, y la agricultura será uno de los más afectados. En las últimas décadas se habla de enfocarse en la adaptación y la mitigación.

-¿Y este año, qué tiempo hará?

-Las predicciones a largo plazo son trimestrales, y hay una alta probabilidad de tener un trimestre con una ligera anomalía cálida. El mes de marzo ha roto esa tendencia, hemos tenido un mes frío...

-La sabiduría popular está repleta de refranes sobre el tiempo. ¿El cambio climático también va a dejarlos en evidencia?

-Los refranes están dirigidos al tiempo, y no hay que confundir tiempo con clima. Este año se ha cumplido el de “en abril, lluvias mil” y a ver si se cumple el de “hasta el 40 de mayo no te quites el sayo”. Como están enfocados más bien al tiempo no van a dejar de tener vigencia.

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