“Ha habido un incremento en los cuadros depresivos en jóvenes desde la pandemia”
Manuel Ajoy, psiquiatra del Hospital de Fuerventura
Manuel Ajoy es psiquiatra de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital Virgen de la Peña y responsable del programa insular de Rehabilitación Psicosocial del Área de Salud de Fuerteventura. El especialista asegura que la actual situación pandémica y el confinamiento han motivado un incremento de la atención en el Área de Salud Mental de la Isla. Sobre todo, debido a trastornos mentales leves como ansiedad y cuadros depresivos. En esta entrevista, aboga por reforzar los servicios de salud mental, especialmente la atención psicológica y grupal en la Atención Primaria para hacer frente a lo que las sociedades científicas llaman ya la ola mental derivada de las olas pandémicas.
-¿Cómo ha afectado la pandemia a la salud mental de Fuerteventura?
-Creo que ha sacado a la luz las cosas positivas y negativas del ser humano. En lo positivo, aspectos como el acompañamiento a las personas que han estado contagiadas o solas por diversos motivos. Nosotros como profesionales no hemos dejado nunca de asistir a la población. En un momento dado, hubo atención telemática o telefónica, pero en la mayoría de las ocasiones ha sido presencial. Los argumentos negativos son los cuadros de ansiedad debido a la incertidumbre. No se sabe realmente lo que va a pasar. Hay una pandemia de la que no sabemos cuáles son las consecuencias. También han aumentado los cuadros depresivos.
-¿Cómo ha afectado el confinamiento a las personas que, antes de la llegada del coronavirus, tenían diagnosticada alguna patología mental?
-No creo que las personas que tengan un trastorno mental sean diferentes a la población general en cuanto a la respuesta al estrés que significa encontrarse con una situación de confinamiento. En algunas, al igual que en la población en general, han aparecido trastornos de ansiedad, cuadros depresivos y, en algunos casos, se ha hablado de un incremento del consumo de alcohol o tendencia al aislamiento. En estos periodos de confinamiento todos hemos estado, de una u otra manera, expuestos a la incertidumbre.
-¿Ha aumentado la demanda de salud mental en la Isla estos meses?
-Sí. Hay un incremento en la atención, sobre todo, en lo que nosotros llamamos trastornos mentales leves: cuadros de ansiedad y depresivos. Han aumentado las interconsultas que vienen de la Atención Primaria. Hemos intentado incrementar la ayuda psicológica.
“Ha habido un aumento en la atención por cuadros de ansiedad”
-¿Cuáles son los episodios mentales que más han aumentado en Fuerteventura?
-Los cuadros depresivos de personas sin antecedentes debido al confinamiento. El aislamiento ha hecho que empiecen a presentar síntomas de depresión y a sentirse, sin ningún motivo, más tristes de lo habitual. Ha habido personas que han tenido problemas de sueño. Se ha producido un retraso en la fase de sueño. Haber estado confinados ha hecho que no tengamos una rutina y eso hace que las situaciones se vayan retrasando y también la fase del sueño. Se pasa mucho tiempo conectado a la red y a la televisión y eso da pie a que se retrase la fase de sueño. Al día siguiente, tiene una factura que es la de despertarse más tarde. Así, sucesivamente, se van retrasando las fases de sueño.
-¿Ha encontrado secuelas mentales entre los pacientes de COVID-19 a los que ha atendido en la Isla?
-Se sabe que hay secuelas a nivel físico, pero a nivel mental se cree, por los estudios que se están realizando en estos momentos, que hay un incremento de síntomas depresivos o de episodios depresivos. Encontrarse una persona en una situación límite en la que su vida ha estado en peligro o ha sufrido un ingreso hospitalario en la Unidad de Cuidados Intensivos es algo que afecta y trae consecuencias. También a las familias.
-¿Ha habido ingresos en la Unidad de Salud Mental del Hospital de Fuerteventura por causas derivadas del confinamiento?
-No. Hasta el punto de pensar que ha habido un incremento de ingresos, no. Probablemente sí ha habido un aumento de las peticiones de atención a nivel de consultas externas.
-¿Qué trastornos mentales podrían desarrollar las personas que, en estos momentos, están sujetas a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) o en el paro?
-Existe una preocupación por el futuro, una situación humana completamente normal. No podemos hablar de que esta situación nos lleve a un trastorno mental, pero sí es verdad que puede haber un aumento de ansiedad, problemas de sueño y síntomas depresivos. Hay factores que influyen. Están los que llamamos genéticos, si hay una mayor predisposición familiar a algún tipo de trastorno mental. Entonces, esta situación de incertidumbre va a ser un factor de riesgo, pero no podemos decir que toda la población que está pasando por un ERTE o dificultades económicas vaya a tener un trastorno mental. También influyen otros factores individuales o personales como la resiliencia, la capacidad que tenemos como seres humanos de saber adaptarnos a las circunstancias, tanto negativas como positivas.
“El aislamiento por la pandemia ha incrementado el consumo de alcohol en la Isla”
-¿Han aumentado los casos de drogodependencia en Fuerteventura debido a la pandemia?
-No contamos con ese dato porque los servicios de atención a las personas drogodependientes no dependen de la Consejería de Sanidad. Lo que sí se sabe es que el aislamiento y las preocupaciones han hecho que algunas personas hayan incrementado el consumo de alcohol en la Isla y en general.
-¿A qué perfiles está afectando más la pandemia?
-Creo que mucho más a los jóvenes y se debe a varios aspectos. El primero es el que tiene que ver con la interacción de las relaciones sociales. El hecho de mantener una distancia social y de que no hubiera clases presenciales, sino que se impartieran a través de los ordenadores influyó mucho. El contacto social en el niño y en el joven es parte de su desarrollo. Y si esa parte del desarrollo no se le facilita nos encontramos con que carece de capacidad de aprendizaje. No es lo mismo quedarse en casa que estar practicando deporte, jugando en un parque o visitando a primos y abuelos. Este tipo de confinamientos ha hecho que, de alguna manera, la parte que tiene que ver con las interacciones sociales se vea afectada y en los niños implica una alteración del desarrollo.
-¿Qué secuelas mentales deja la pandemia en la población joven?
-Hemos visto un incremento durante la pandemia de los cuadros depresivos en la población joven, especialmente en mujeres, sin ninguna causa aparente. Por ejemplo, niñas que pronto empiezan a aislarse, a sentirse tristes y sin futuro. No es que la depresión no haya existido antes, pero sí es verdad que hay un incremento de las tasas de depresión en la población joven. Y también está el tema del sueño. El hecho de estar conectados al ordenador, tabletas, videojuegos..., por la noche y sin que haya un control horario, hace muy difícil que puedan conciliar luego el sueño. Y, si no lo concilian, es muy difícil que puedan despertar al día siguiente. De ahí, la importancia de establecer horarios para el uso de aparatos tecnológicos.
-¿Y en la población de mayor edad?
-No solo el hecho del aislamiento, sino no poder recibir visitas de sus hijos y nietos, ha hecho que estas personas, aparte de la vulnerabilidad que implica la mayor edad, sientan soledad. No creo que las situaciones de la vida nos lleven a un trastorno. Depende más bien de factores que tengan que ver con la vulnerabilidad.
-Una vez pase la pandemia, ¿sufriremos estrés postraumático?
-Creo que sí habrá personas que tendrán un trastorno postraumático. Quienes hayan perdido a familiares pueden ser más vulnerables a desarrollarlo.
-La pandemia está dejando episodios de ansiedad ¿cómo se pueden prevenir?
-Habrá que tener parámetros sanos. Si tenemos una dieta correcta, hacemos ejercicio físico adecuado, deporte, somos capaces de tener hobbies, salir a la playa etcétera. Eso hará que podamos tener una vida más o menos normalizada. Llegar a esa vida normalizada al cien por cien va a ser difícil, pero sí hay cosas que podemos hacer a pesar del confinamiento.
-Las sociedades científicas alertan de la llegada de una ola mental tras las olas pandémicas. ¿Qué consecuencias traerá?
-Habrá que reforzar los servicios de salud mental. Sobre todo, los de atención psicológica y grupal en la Atención Primaria. Una persona que tenga un cuadro leve de ansiedad no necesariamente tiene que ser atendida en servicios especializados. Habrá que ayudar a aquellas personas que puedan estar sufriendo consecuencias de su trabajo, despidos del ERTE, perdida de familiares, muertes. Esas situaciones nos van a llevar a que haya un incremento de la población que pida acudir a los servicios de salud mental. Probablemente, tengamos que trabajarlo desde el ámbito de la Atención Primaria con atención y ayuda psicológica especializadas.
Comentarios
1 Mónica Lun, 15/03/2021 - 17:30
Añadir nuevo comentario