ENTREVISTA

“Cuando ves Fuerteventura desde el avión y divisas un pueblo parece que al territorio le ha salido un cáncer”

Hugo Rami, arquitecto y artista

Foto: Carlos de Saá.
María José Lahora 3 COMENTARIOS 30/08/2020 - 09:01

El recién reelegido decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Fuerteventura y pintor expone en sus obras la parte más sensitiva del urbanismo. Defensor de integrar la naturaleza en las ciudades, habla de las similitudes entre California y Fuerteventura, de crear oasis en el desierto y de la importancia de la conciencia social para el desarrollo urbanístico.

-¿Qué fue antes la arquitectura o la pintura?

-La pintura. Siempre he dibujado, desde pequeño, y esa faceta artística me llevó a estudiar arquitectura, que, al fin y al cabo, lleva una carga artística que se suele olvidar. La función de un arquitecto no es sólo diseñar un edificio o una ciudad para que funcione, sino que, según como sea, provocar sensaciones que hacen que la gente se sienta bien o mal. Hay estudios sobre cómo los espacios afectan a las personas. Esa parte de la arquitectura está muy relacionada con la pintura. Suelo pintar cuando salgo de viaje. Esas nuevas sensaciones que me provocan los lugares las transmito a través de la pintura y luego las aplico a mis diseños arquitectónicos.

-¿Cuándo decide que su obra artística es digna de compartir?

-En 2018 fue cuando unos amigos me convencen para enseñar mis pinturas, así que expuse en el pub La Tierra de Puerto del Rosario. A partir de ahí me introduje en foros artísticos y vi que mi obra gustaba. Eso me animó a presentarme a una convocatoria internacional de arte en Los Ángeles (Estados Unidos). A los seis meses me llamaron para decirme que era uno de los 100 seleccionados de todo el mundo. De este modo, expuse en Los Ángeles. Fue mi plataforma para Europa. He expuesto en Londres, Amsterdam, Bolonia... Con el confinamiento se suspendieron otras dos exposiciones, una en Londres y otra en Nueva York, que podrán retomarse en diciembre y el año que viene. En septiembre expongo en la Costa Azul.

“Ya no vivimos en la Fuerteventura de hace 50 años. Hay que hacer otras cosas para atraer al turismo y que estas acciones no resten, sino sumen”

-Parece que ha tenido que recorrer mucho camino para poder exponer finalmente en casa ¿no?

-La exposición del Centro de Arte de Juan Ismael la solicité cuando me seleccionaron para la feria de Los Ángeles, pero se tarda mucho en programar los centros públicos.

-¿Quién predomina en su vida, el Hugo artista o el arquitecto?

-El Hugo artista surge cuando el arquitecto concluye su jornada laboral y se sienta en el sofá o en los aeropuertos, cuando sufro retrasos en los vuelos. Las exposiciones son para mí realmente vacaciones y así puedo compaginarlo con mi trabajo que es lo que verdaderamente me da de comer. Disfruto más visitando Los Ángeles como participante en una feria de arte que como turista. Es la manera de conocer realmente su forma de vida, sus gentes... y eso me encanta.

-¿Esas vivencias en sus viajes son las que transmite en la muestra del Centro de Arte Juan Ismael?

-Sí. Me puse a dibujar California desde el confinamiento y eso me dio pie a expresar las diferentes sensaciones de las mismas temáticas realizadas en diferentes situaciones emocionales de mi vida. Son obras digitales inspiradas en los momentos antes y después del confinamiento por la COVID-19.

-¿Qué es lo que tanto le atrae de California?

-Paisajísticamente y climáticamente es idéntica a Fuerteventura. Y reflexioné sobre esas similitudes y cómo aprovecharlas. En California, la administración pública no se preocupa por el medio ambiente, pero la gente sí y el efecto se visualiza a vista de pájaro desde el aire. Ves un desierto, como en Fuerteventura, y después aparece, como si de un oasis se tratase, la ciudad de Los Ángeles. No sientes que es una ciudad superpoblada y de 300 kilómetros, sino un palmeral. Sin embargo, cuando ves Fuerteventura desde el avión y divisas un pueblo, parece que al territorio le ha salido un cáncer. Esas sensaciones y las reflexiones que provoca son las que trabajo en mis pinturas.

-¿Cree, entonces, que podríamos extrapolar el concepto urbanístico californiano a la Isla?

-Hay cosas que sí y otras que no. Ellos integran mucho la naturaleza en la ciudad, cosa que nosotros no hacemos. Es una reflexión que debemos abordar: cómo integrar la naturaleza dentro de nuestras ciudades. La desertificación de Fuerteventura no es natural. Una sequía y el exceso de ganado caprino llevó a ello. Por lo que dicen los conquistadores en sus escritos, la Isla era como una selva. No se trata de cambiar la fisionomía de la Isla, pero ¿por qué no podemos hacer anchas aceras con muchas palmeras o grandes zonas arboladas en las ciudades majoreras?

“La Isla tiene muchos valores: un ecosistema diverso con variadas unidades paisajísticas, pero no tiene implicación social”

-¿Quiere decir que se puede intervenir en el territorio para favorecerlo de manera medioambiental?

-Efectivamente. Por el contrario, todo el planeamiento entiende la intervención humana como una agresión a la naturaleza: cuanto menos haga el hombre, más se conserva. Ciertamente hay que limitar la intervención del ser humano en zonas protegidas, pero en aquellas urbanizables habría que cuidar más el entorno. Hay proyectos urbanos en los que primará la circulación de vehículos, pues entonces deben encargarse a un ingeniero de caminos. Pero cuando se trata de intervenir en un casco histórico y peatonal debe encargarse su elaboración a un arquitecto. Estos detalles deberían figurar en los pliegos de los concursos. Hay una serie de aportaciones que nos estamos perdiendo como sociedad y el efecto, a largo plazo, es ofrecer una mala visión de las ciudades.

-¿Cómo se puede aplicar el concepto de ciudad en municipios como Puerto del Rosario?

-Hay que ser conscientes de que Puerto del Rosario ha dejado de ser un pueblo y debe desarrollarse como ciudad para que se convierta también en una atracción turística. En ciudades de origen industrial como Barcelona y Bilbao han sabido aprovechar la transformación de la ciudad para convertirla en atractivos turísticos. En la capital de la Isla, al ser más pequeña que estas urbes, es más fácil hacer esas transformaciones. Todo ello requiere financiación, planeamiento, pero, sobre todo, concienciación. Y más cuando vivimos del turismo. No es algo que se pueda hacer de hoy para mañana. Debe haber una conciencia ciudadanía y no ir a remolque de la administración. Y aún no nos hemos concienciado de que ya no vivimos en la Fuerteventura de hace 50 años. Hay que hacer otras cosas para atraer al turismo y que estas acciones no resten, sino sumen. Eso es conciencia social. Si la sociedad pública lo demanda, la administración lo hará. De lo contrario no ocurrirá.

-Un ejemplo exitoso de intervención de un artista en el territorio ha sido el de César Manrique en la vecina isla de Lanzarote. ¿Es posible ejecutar la idea manriqueña en Fuerteventura?

-Es que exactamente lo que hizo César Manrique es crear conciencia social. Supo implicar a la sociedad de Lanzarote para que se preocupara por temas ambientales y urbanísticos que antes no tenía en cuenta. La administración fue a remolque y esas demandas sociales hoy son Ley. No hace falta que venga un César Manrique para decir a los majoreros que viven en una joya, hay que convencerlos de que se preocupen para que las intervenciones que se realicen mejoren la Isla no la empeoren. Fuerteventura no tiene menos valores que Lanzarote. En mi opinión tiene muchos más: un ecosistema mucho más diverso con más unidades paisajísticas, pero lo que no tiene es la implicación social.

“A veces no es cuestión de financiación, sino de los objetivos que quieres alcanzar. Tenemos complejo de isla pobre y ya no lo somos”

-¿Como colectivo social, qué aportaciones puede realizar el Colegio de Arquitectos al desarrollo urbanístico de la Isla?

-En varias ocasiones ya le hemos referido al Ayuntamiento de Puerto del Rosario que tiene que pensar en proyectos de ciudad, con intervenciones que, a largo plazo, cambien su imagen. Que piense en los habitantes y no solo en la movilidad. Que no mire lo que se ha hecho en otras ciudades del Archipiélago, sino que se abra al mundo y vea las intervenciones en Barcelona, Bilbao o Nueva York y, a otra escala, extrapolarlo, siendo ambicioso en los pliegos, no en lo económico. Muchas veces no es cuestión de financiación, sino de los objetivos que quieres alcanzar. Fuerteventura tiene el complejo de isla pobre y ya no lo somos.

-¿Qué opina sobre la intervención en el casco histórico de Puerto del Rosario?

-Desde el Colegio de Arquitectos defendemos que hay que conservar, pero no como momias, sino para darles a esos edificios un uso. Hay muchos espacios deteriorados en cascos históricos de la Península vacíos y en desuso que se han reconvertido en espacios terciarios y se han vuelto a llenar de vida. Han conservado el patrimonio histórico y además han creado economía. Es un error querer mantener el mismo uso de los edificios antiguos. Hay que buscar una utilidad adecuada a esas edificaciones en el momento actual. No es algo que me esté inventando, está en tratados de rehabilitación del siglo XIX.

-¿Por qué cuesta tanto que se aplique la figura de Bien de Interés Cultural al patrimonio majorero?

-La Ley de Patrimonio de Canarias no es válida para Fuerteventura, está pensada para proteger los palacios de La Laguna o de Vegueta. Quienes la redactaron pensaron solo en sus bienes arquitectónicos. No se adapta al patrimonio histórico de Fuerteventura, pero no por eso tiene menos valor, quizá tenga más porque es único. De hecho, nosotros ya empezamos una campaña junto con el Cabildo de Fuerteventura para que se incluya el patrimonio de la Isla como anexo a esa Ley.

-Tras la renovación de su candidatura al frente del Colegio Oficial de Arquitectos de Fuerteventura ¿qué proyectos se van a fortalecer?

-Estamos intentando desarrollar una colaboración con la administración para que el Colegio pueda implementar el visado de idoneidad técnica ante los problemas de personal. En la Isla hace mucha falta agilizar las licencias de obra. Es más complejo que las administraciones amplíen plantilla a que nosotros hagamos subsidiariamente el trabajo. Ya hemos hablado con el Cabildo de Fuerteventura y los ayuntamientos para llevar a cabo esta colaboración.

Comentarios

Mi apoyo para todo aquello que haga bien a esta bonita isla pero, por favor, sin destruir paisajes, ecosistemas y VIDA. Conciencia y amor desde pequeñitos para preservar esta tierra.
Lo primero que deberíamos hacer por esta preciosa isla, es que todos desde las administraciones, ayto y ciudadanos, se pongan manos a la obra y limpiarla de to por to, Hace poco la recorrí de Norte a sur por caminos, crtas y la suciedad, basura que ves por todos los sitios no es normal. De cara a la galería se ve todo mu bonito.
Sí hay que cuidarla sin fanatismos y de forma equilibrada . Sin fanatismo ecologista y defensores del patrimonio extremistas que tanto pululan en esta isla y que no llevan sino a la,destrucción.