Lloret es un sátrapa de la peor especie que solo ha tenido un objetivo en su huida hacia adelante desde que, por su propia voluntad, se quedó sin gobierno : cumplir a toda prisa con su programa de asignación de partidas a sus "amos y señores" que son los directos beneficiarios de tan frenética actividad. No ha respetado ni siquiera la baja obligatoria por paternidad. Algo ganará a cambio, eso es seguro; que no diga que ha estado trabajando sin cobrar su sueldo por el bien de la Isla. El Oresidente del Cabildo es un trabajador ilegal y no hay otra realidad. Lloret sabía perfectamente que le quedaba muy poco tiempo desde que se quedo "solito con bocatrapo", al cual fucho unos días antes de echar del gobierno al PP. Ambos han tratado de repartir dinero "por si más adelante alguien quiere devolverles el favor"; pero se les ha acabado el cuento. El intento del "pelotazo Dreamland" le salió mal a Lloret y no ha parado desde entonces de adjudicar contratos y firmar partidas millonarias. Todas son nulas Ahora está a un paso de que le quiten las competencias al Cabildo por su caciquismo impresentable e ilegal. Sus Consejos de Gobierno, que forman el, con su doble voto, y su mini-yo, Juan Nicolás "bocatrapo" Cabrera, son más propios de "la ínsula barataria" que de una institución de un país democrático del siglo XXI, y son igualmente nulos de pleno derecho, como no podía ser de otra manera. Lloret es el héroe para los que nunca han creido ni valorado la democracia; los de VOX son aprendices a su lado; hasta Donald Trump podría aprender mucho de este "cacique de pueblo". Es tal el cumulo de disparates y mentiras que ha mantenido solo en los últimos tres meses que cabría empezar a preguntarse si su título de Ingeniero es también una falsedad más. Y ya nos dejó una pista sobre esto hace unos años cuando propuso lo del puente entre Fuerteventura y Lanzarote. Solo con decir aquello habría que haber hecho algo con semejante cabezón; pero claro, estamos en Fuerteventura y aquí vale todo. Ojalá que esto ya esté empezando a cambiar. No tengo demasiada esperanza pero hay que reconocer que si fuera así, en parte se lo deberíamos a los excesos de Lloret y su miniyo.